domingo, 8 de noviembre de 2009

Elección de Michelle Bachelet en Chile en 2006 y triunfo de Evo Morales en Bolivia en 2005


Existen dos hechos histórico-políticos, dos procesos eleccionarios, que poseen características particulares, tanto en el ámbito individual como a nivel comparativo, y son, precisamente, a esos singulares atributos, en este último nivel, a los que me referiré en el siguiente ensayo.

Para tal motivo debo reseñar, somera y primeramente, a que nos referimos cuando hablamos de “comparar”. Recurriendo a la función metalingüística del lenguaje y, por ende, a la definición que la RAE nos entrega podemos afirmar que este concepto es: “Fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanza.” (Real Academia Española de la Lengua, XXII edición, 2006). Respondiendo a esta simple pero evidente tesis es justamente lo que este escrito intentará establecer. Las relaciones, diferencias y/o semejanzas entre la elección de Michelle Bachelet en Chile en 2006 y el triunfo de Evo Morales en Bolivia en 2005.Es importante destacar que, teóricamente, en el método comparado no es necesario, para contrastar los casos, identificar las características de cada uno por separado, sino establecer ejes de comparación y sobre ellos trabajar (Navia, 2007).

El primer eje común es la dicotomía del comportamiento porcentual que existe entre el aceptable nivel con el que los dos Presidentes llegan al poder –Bachelet con un 53,5% de los votos y Morales con una mayoría absoluta de más del 54% de votos- y el nivel de venia con el que se mantienen ambos mandatarios durante los primeros meses de gestión –Bachelet en agosto del año pasado alcanzaba un escueto 45,5% en su nivel de aprobación y Morales, por su parte, también bajaba, en octubre de 2006, a un 50%.-
Parece evidente destacar que, considerando estos datos, algo sigue ocurriendo en la opinión de la sociedad en torno a sus autoridades, es decir no sólo existe similitud en el buen porcentaje obtenido por los dos presidentes, sino que también en sus respectivas bajas en el nivel de aceptación a sus gestiones debido a innumerables acontecimientos, tanto a nivel social como político, y que repercutieron en los informes ya entregados.

Siguiendo con esta lógica también podemos comparar que si bien ambos dignatarios, efectivamente, llegaron con la mayoría absoluta –y ciertamente cómoda- no los dos tuvieron la “herencia” de un bien evaluado gobierno saliente, y fue solo Michelle Bachelet la que contó con este “beneficio”, recordando que el titular de Bolivia, Carlos Mesa, presentó su renuncia irrevocable y definitiva a la presidencia, debido a la presión de los movimientos sociales a la cabeza, justamente, de Evo Morales.
Llevando este escrito comparativo a un nivel de hechos más prácticos (no por eso menos importantes) también podemos señalar que ambos presidentes pertenecen a partidos basados en una ideología socialista (aunque con mas de alguna diferencia, por cierto), Evo Morales al Movimiento al Socialismo (MAS) y Michelle Bachelet al Partido Socialista de Chile (PS).

Otro hecho práctico, cotidiano y eje de comparación es que las dos autoridades representan a minorías –entiéndase minoría por no estar representadas en puestos de poder y de representación popular- la Presidenta Bachelet a la mujer y Evo Morales, por su parte, al sector étnico o indígena de su país.

Ahora, enfocándonos y mencionando algunos problemas que podríamos enfrentar al comparar exhaustiva y minuciosamente este par de eventos, podemos señalar que en algún eje de comparación en el que nos concentremos puedan existir variables intervinientes y/o desconocidas al momento de recolectar los datos y características de cada hecho que estemos comparando. Por ejemplo que en el contexto político en el cual llegó cada presidente al gobierno sea muy diferente al otro. Como en el caso de Bolivia en el que a partir de 2001 hubo una importante inestabilidad socio-política, teniendo prácticamente un presidente por año hasta 2005, a diferencia de Chile que luego de la transición a la democracia cada gobernante, al menos, cumplió su periodo de gobierno sin interrupciones. De un modo más ilustrativo podemos decir que A puede tener ciertos “enes” que no se consideran y que pueden ser determinantes al momento de que, ese A, cause B.

Otro inconveniente que puede ocurrir, particularmente, al final de nuestra investigación es que los resultados, que ésta arroje, se alejen considerablemente de la hipótesis que hemos establecido. Esto puede suceder, eventualmente, por un bajo numero de casos escogidos.

Tras elegir un par de eventos, establecer ejes sobre los cuales comparar y mencionar algunos problemas que se pueden suscitar en el proceso de nuestra investigación comparativa, podemos concluir que, efectivamente, gran parte de las cosas, sino todas, son comparables, pero es necesario se siga una adecuada metodología basada en lo que el desarrollo del Método Comparado nos dice, para no concurrir a faltas que nos puedan llevar a conclusiones y juicios equivocados.

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